Mi Niño
- Pedro Morales
- Apr 30, 2018
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Recuerdo aquellos tiempos donde lo más importante era salir a la calle y jugar con una pelota.
No importaba ni el color de la ropa que llevaba ni la marca de los zapatos tenis que traía, lo importante era encontrar a alguien más con quien poder compartir esos momentos, el tiempo del juego lo determinaba la luz del sol y no había preocupaciones.
Cuando se daba la oportunidad de usar una alberca, estanque o río no había nada que superara la emoción de refrescar el calor en el agua sintiendo tu cuerpo flotar como si estuviera en el espacio exterior. La sensación de volar, los giros y maromas eran maravillosas, medir cuánto tiempo podrías permanecer bajo el agua sin respirar, siempre creí que era el que mas tiempo podía estar sin respirar en el mundo
La sensación de brincar al agua… De clavado, parado o con una clásica bombita salpicando a todo el universo… Ojala y que no vacié la alberca pensaba…
La inocencia de hacer lo que te gustaba sin preocuparte por nada mas…
Muy en contacto con mis sentidos disfrutando las sensaciones en mi piel así como el olor a pasto recién cortado, adornado por el canto de algunos pajarillos.
Recuerdo pensar que era el que corría mas rápido o el que brincaba mas alto de todos, pero al final lo mas importante no era ganar sino compartir con amigos vecinos y primos.
Escalaba todos los árboles que se me atravesaban. El conectarme con ellos me ayudaba a sentirme grande y fuerte. Siempre descalzo sintiendo la fuerza de la tierra soñando que en ese momento había otro niño haciendo lo mismo que yo del otro lado del mundo como si fuera mi doble.
Regresemos a nuestras raíces volvamos a ser como cuando éramos niños, disfrutemos la vida y dejemos de preocuparnos por cosas que no nos den alegría
Brinquemos, Bailemos…. Juguemos a la pelota !
Veamos al resto del mundo como lo veíamos en aquel entonces.
De niños nos enseñaron a preocuparnos por el dinero, a darle valor a situaciones sociales y morales que no hacen sentido, nos dijeron que cuando “maduramos” tendríamos que dejar de hacer lo que nos gusta y empezamos a hacer lo que teníamos o debíamos de hacer ya que tendríamos que ser responsables.
Por supuesto a nosotros nos urgía madurar, queríamos ser grandes para ser tomados en cuenta.
Es momento de revertir esto, empecemos a disfrutar la vida, brinquemos nuevamente, bailemos con alegría sin importar si lo hacemos bien o no, corramos como niños y conectemos de nuevo con los árboles, con el agua y con todo lo que nos rodea.
Disfrutemos este día del niño desde lo mas profundo de nuestro corazón
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