Reto 21 Días de Masturbación Resultados
- Pedro Morales
- Oct 6, 2020
- 3 min read
En el mes de Agosto experimentamos un Reto de 21 Días de Auto amor.
La idea era conectarnos con nuestro propio cuerpo conscientemente, meditando mientras nos acariciamos, encontrar sensaciones nuevas, descubrir aquellas partes que teníamos olvidadas.
Mucha gente participo desde 5 diferentes países.
Diariamente se enviaba un mensaje para recordar el reto mencionando la importancia de darle el valor sagrado con el que iniciamos el reto.
Algunos se unieron por morbo pero rápidamente se retiraron al ver que no encontrarían lo que buscaban, aquí el reto era conocernos más a fondo a nosotros mismos.
El espejo se convirtió en nuestro mejor aliado, observando nuestra mirada todos los días, aprendiendo a amar el reflejo de nuestro cuerpo dándole mucho amor especialmente a aquellas partes que en un principio no nos gustaban
Durante el proceso aprendimos a amar los gorditos, rolos, rollos, lonjas o como quieran llamarlos, nos dimos cuenta que no hay nada más hermoso que yo mism@.
Conforme pasaban los días encontramos comentarios muy interesantes de participantes que encontraban algo grande en su vida que no recordaban. Algunos bailarines comentaron que notaron cambio en su baile después de estar conectándose consigo mismos.
La creatividad se empezó a hacer notar en nuestras vidas algunos participantes compartieron poesía o cuentos personales que habían escrito.
Algunos mencionaron que se habían fotografiado el cuerpo encontrando la belleza de sus figuras perfectamente imperfectas.
Algunos compartieron algunas fotos mostrando parte de su cuerpo con la intención de mostrar lo que no se hubieran atrevido a mostrar antes de este proceso. No faltó quien se ofendió por las fotos y se alejó del reto, sin embargo las fotos venían de un espacio hermoso de compartir algo muy frágil dentro de nosotros.
Comentarios de cambios de humor fuertes se compartieron, mucha paz y más tranquilidad en sus vidas diarias.
4 Meditaciones se compartieron en las que nos fuimos a viajes hacia nosotros mismos, aprendiendo a disfrutar de nuestra propia esencia caminando por las playas y bosques… Solos, íntimamente…
Llego el día 21! una meditación maravillosa para cerrar el proceso nos esperaba al final del día.
Conectamos virtualmente.
Las cámaras se apagaron para que cada quien tuviera la intimidad necesaria.
Las instrucciones eran preparar el espacio románticamente usando velas, incienso o cualquier cosa que nos guste, poner cojines y almohadas para que estemos muy cómodos una toalla y algo de aceite o lubricante de agua al alcance.
Cada quien será responsable de sí mismo pero la intención del ejercicio es expandir nuestra energía al mismo tiempo con una intención de salud y paz para el mundo.
Al empezar guiamos la meditación para empezar a conectarnos con la respiración encontrando que esto nos ayuda a calentar la energía en nuestro cuerpo relajándolo de una forma muy especial, empezamos dándole gracias a nuestro cuerpo agradeciéndolo el siempre estar con nosotros, agradeciendo todas las funciones que hace para ayudarnos a mantenernos vivos.
Acariciando los pies nos quedamos unos minutos en los dedos, expandiéndolo a todo el pie primero uno y después el otro, después de varios minutos de solo respirar y acariciar los pies empezamos a expandir las caricias hacia arriba, acariciando las pantorrillas, rodillas y muslos, un buen rato estuvimos ahí dándole mucho amor a nuestras piernas y pies que tanto soporte nos dan diariamente, al subir las caricias por los muslos podíamos llegar a tocar nuestros genitales pero no dábamos importancia era el momento de las piernas, subimos al estómago acariciando en intención todos nuestros órganos internos que tanto trabajo hacen por nosotros subimos al pecho y acariciamos suavemente alrededor del pecho, en algún momento nos enfocamos en los pezones acariciándolos muy suavemente encontrando las sensaciones maravillosas que se extendían por todo el cuerpo. De ahí subimos a nuestro cuello cara y cabeza, algunos se expandieron a acariciar sus brazos y manos, acariciábamos todo el cuerpo de abajo hacia arriba solo pensando en lo mucho que lo amamos.
Volteamos nuestro cuerpo boca abajo y acariciamos la espalda, piernas y glúteos quedándonos un rato en ellos que tanta energía acumulan.
Sentimos las sensaciones de nuestro propio peso contra el suelo haciendo presión hacia nosotros.
Sentimos amor por nosotros mismos subiendo la energía en cada caricia en cada movimiento
Al voltear nuestro cuerpo nuevamente dejamos que cada quien siguiera tocando su cuerpo a su gusto disfrutando las sensaciones orgásmicas que esto generaba enfocando nuestra intención en sanación al mundo desde este experimento grupal…
Comments